Contra la Edad Media como época oscura: «Gente de la Edad Media» de Robert Fossier

«»Nosotros, la gente de la Edad Media, sabemos todo es», era lo que un autor del siglo pasado ponía en boca de uno de sus personajes. Esta frase burlesca tenía por objetivo hacer reír a las personas cultas; pero ¿y las demás? Es decir, aquellas para quienes la «Edad Media» es una inmensa planicie de límites indeterminados, por donde la memoria colectiva hace que pululen reyes, monjes, caballeros, mercaderes, entre una catedral y un castillo con torreón, todos inmersos, hombres y mujeres, en una atmósfera de violencia, piedad y fiestas, una atmósfera oscurantista» (Robert Fossier, «Gente de la Edad Media»).

La Edad Media (en Europa Occidental) es una época tan sugerente como denostada. Al mismo tiempo que atrae poderosamente la imaginación de mucha gente con escenas de caballeros armados luchando en justas, conquistas y «re-conquistas» o enormes castillos llenos de secretos, también es una época utilizada como un referente negativo para situar un presente mucho más progresista y «mejor» que esa oscura Edad Media. No son pocas las veces que se utiliza el término «medieval» o «Edad Media» para decir que algo es atrasado, dogmático, tenebroso o catastrófico. Es conocida la escena de la película de Quentin Tarantino Pulp Fiction en la que Marcellus Wallace, tras ser violado por un policía ante la morbosa mirada de su compinche, dice que «practicaremos el medioevo con tu culo». Una versión extrema y homófoba de esta visión oscurantista sobre una época que, pobre de ella, no tiene la culpa de ser como es.

El origen de esta percepción sobre la Edad Media es bien conocida. En resumen, los intelectuales tanto de la Italia del Renacimiento como de la Francia del absolutismo buscaron marcar las diferencias del nuevo mundo que se abría ante ellos mediante la crítica visceral contra el viejo mundo que se moría. Concretamente, la primera vez que aparece la expresión «época oscura» en un escrito proviene del poeta florentino Francesco Petrarca, que decía que: «mi destino es vivir en medio de variadas y confusas tormentas. A ti, en cambio, si -como espera y desea mi alma- me sobrevives muchos años, te aguardan quizá tiempos mejores; este sopor de olvido no ha de durar eternamente. Disipadas las tinieblas, nuestros nietos podrán caminar de nuevo en el puro resplandor del pasado».

Palabras que trataban de cancelar desde el presente un pasado incómodo que debía ser superado mediante lo nuevo: la nueva cultura, la nueva ciencia, la nueva historia. El pasado, desde el punto de vista de esta intelligentsia post-medieval, era un lugar oscuro y terrorífico, irracional y atrasado. Es esta forma de ver la época medieval, lo que los anglosajones llaman la Dark Age, la época oscura. No sería hasta el siglo XIX, con el auge de los nacionalismos y el romanticismo centroeuropeo que la Edad Media recuperaría un poco de prestigio en tanto que el origen de los acervos nacionales y étnicos. Sin embargo, por mucho que el Romanticismo lanzara una mirada positiva hacia la época medieval, era precisamente por las mismas razones que los anteriores renacentistas la denostaban. Lo oscuro, la irracionalidad, la guerra, el valor… eran los forjadores del espíritu nacional que debía ser recuperado.

Es evidente que esta mirada sobre la Edad Media como época oscura tenía que ser criticada. A medida que avanzaba el conocimiento sobre este período, no fueron pocas las personas que entendieron que las dark ages no eran más que un estereotipo de una época vibrante, pero contradictoria. Entre estas, es posiblemente Robert Fossier quién mejor haya entendido la necesidad de desmontar el discurso de las épocas oscuras.

Robert Fossier (1927-2012) pasa por ser uno de los historiadores medievales más importantes del siglo XX y uno de los más destacados continuadores de la labor de la prestigiosa Escuela de los Annales fundada por Georges Duby, Marc Bloch o Lucien Febvre. Después de décadas de investigación sobre el período medieval, dejando libros clave como La infancia de Europa (1982) o La Edad Media (1988), y muy poco antes de su fallecimiento, Fossier escribió la que sería su última obra, Gentes de la Edad Media (2007). Un libro cuyo objetivo era, precisamente, combatir las miradas simplificadoras y oscurantistas sobre la Edad Media, haciendo de ella un mundo poblado por personas de carne y hueso, que se alimentaban, jugaban, trabajaban, hacían el amor o, incluso, defecaban. Un mundo real y mucho más parecido al nuestro de lo que en ocasiones querríamos reconocer. Un tiempo que, lejos de ser oscuro, tenía una luz propia pero alimentada por el mismo sol que nos alumbra hoy.

Gentes de la Edad Media es el punto de llegada de una trayectoria dedicada al estudio de un período fundamental de la historia, pero vista desde abajo, desde el día a día de las distintas personas que formaban la comunidad medieval. Un trabajo rompedor precisamente porque deconstruye y desmitifica un período mal llamado «oscuro» y en el que el propio índice es una declaración de intenciones de alejarnos del morbo medieval: «El hombre desnudo», «El paso del tiempo», «El cuerpo que hay que alimentar», «Los dos sexos frente a frente», «La casa»… son capítulos que nos acercan a un mundo desconocido pero reconocible; un espejo más que un espejismo en el que nos podemos ver reflejados… y aprender. Como dice el propio Fossier:

«Pero, cuando lo contemplamos en la vida cotidiana, hoy como ayer, el ser humano no es más que un mamífero bípedo que necesita oxígeno, agua, calcio y proteínas para sobrevivir en la parte emergida de una bola de hierro y níquel, recubierta de agua salada en las tres cuartas partes de su superficie y, en el resto, ocupada por un océano vegetal que pueblan miles de millones de otras especies. No es, en suma, más que un «animal humano»».

«El año del wólfram» de Raúl Guerra Garrido

«Es wólfram», dijo el teniente. Eloy repitió la palabra, «¿wólfram?», recordaba eso y poco más, la escena fue demasiado rápida, si acaso otros dos momentos, cuando el semiembozado se abrió la gabardina como un exhibicionista, «bueno, si queréis saco el trabuco», en realidad una escopeta de cañones recortados, y cuando él empuñó la piedra ciego de ira. Así empezó lo del Seo.

La guerra del wolframio (1942-1953) no ha sido un tema excesivamente recurrente en la literatura española. De hecho, salvo contadas excepciones (incluida la reciente novela O exército de fume de Manuel Gago), se podría decir que «El año del wolfram» de Raúl Guerra Garrido es la única novela que ha tratado directamente este conflicto. Publicada en 1984 y ganadora del Premio Planeta de ese año, esta novela supuso la consolidación del escritor madrileño (pero de espíritu berciano) tras publicar Lectura insólita del Capital, ganadora en 1976 del Premio Nadal. Dos novelas que ya se han convertido en clásicos de la literatura contemporánea en lengua castellana.

Mapa con la distribución mundial de wolfram

La novela traza las historias de varios personajes que se ven involucrados en el conflicto sobre el wólfram en la primavera de 1945, en los últimos estertores de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que, si bien no fue el más agudo de la guerra del wolframio, supuso un período de gran movimiento en las montañas del noroeste peninsular. Personajes de gran realismo que incluyen a José Expósito, un combatiente de la Guerra Civil que se escapa de un destacamento penal franquista y regresa a su tierra para probar suerte en la búsqueda del wolframio; o a Ángel Sernández, un boticario de Ponferrada, tío adoptivo de José que, tras una inteligencia desmedida, esconde un pasado lleno de secretos oscuros; o William White, un trasunto del espía escocés Alexander Easton, cuya misión es comprar todo el wolfram posible. Personajes que transitan en un contexto de posguerra en el que también se desarrollo otro conflicto, el de la guerrilla antifranquista, sin el cual no se podría entender la guerra del wolframio.

Uno de los aspectos mejor logrados de la novela es sin duda la ambientación desoladora de posguerra civil. Un clima de violencia física y psicológica en el que toda la sociedad se ve envuelta. Y en este ambiente de desesperación y caos, la guerra del wolframio se convierte en una esperanza desesperada que canaliza toda esta frustración; una posibilidad cierta para salir de la pobreza y de la violencia. Así, en el clímax de esta guerra del wolframio, en el momento en el que todas las partes involucradas en la Segunda Guerra Mundial se lanzaron a comprar el preciado mineral, elevando los precios a límites insospechados. La Peña del Seo se convirtió de esta forma en el centro del mundo conocido:

La peña pasó de una soledad lunar al trajín de un hormiguero, hasta por la noche las luces de carburos y linternas no cesaban en sus guiños, como si la Santa Compaña también se hubiera decidido a participar en la faena, donde los hombres picaban, los niños hacían el rebusco, y en los dobles restos áridos resultantes las mujeres ensayaban el lavado con palangana, siempre quedaban sobre el latón granos opacos, negros, pesados, más rentables que el jornal a que por otra parte no tenían acceso.

Zona de la Picota (Casaio). Campamentos de estraperlistas o rebuscadores.

Así, José Expósito y su compañero de viajes, Jovino, un violento ex-militar, marchan a las peñas del Seo para seguir el rastro del wolfram, perseguidos por una mafia local, «Los del Gas», que tratan de monopolizar la extracción ilegal del mineral. Siguiendo la pista de una leyenda contada por la abuela de José relativa a tres cofres, marchan hacia las peligrosas montañas arriesgando su vida, porque la posibilidad de morir es más atractiva que enfrentarse al mundo de la posguerra. El año del wólfram supone así un retrato muy realista, pero al mismo tiempo muy profundo, de una sociedad desmantelada que pugna por resurgir de un trauma mediante la violencia.

Como ya comentaremos en otros posts, esta novela supone también un retrato muy acertado desde el punto de vista arqueológico. Gracias a nuestros trabajos en el entorno de Casaio hemos podido profundizar en este mundo de violencia vinculado al wolframio. Por el momento, dejamos una última referencia de la novela que habla sobre la mina de Valborraz, uno de los ejes centrales de nuestro proyecto como también lo es de la novela de Guerra Garrido. Como se puede leer en la novela:

Las minas de los alemanes estaban por encima del pueblo de Casayo. En el único edificio de piedra y con luz eléctrica, oficina, depósito de mineral y taller de reparaciones, en la mesa de su breve despacho, Helmut Monssen meditaba geopolíticamente, las minas están en casa de Dios, dicen los nativos, y es en lo único que aciertan.

A materialidade das estrelas: a arqueoloxía de Hollywood

Ata moi recentemente se entendía que a arqueoloxía só podía estudar castros preromanos, xacementos paleolíticos ou murallas medievais. Isto era o lóxico, se a arqueoloxía se dedicaba ao estudo dos monumentos das sociedades do pasado, alí onde os documentos non chegaban, entón só había posibilidade de escavar este tipo de sitios. Porén, nas últimas décadas xerouse unha importante reflexión sobre as capacidades analíticas da arqueoloxía que provocou a expansión dos campos de traballo desta disciplina. Unha das consecuencias máis interesantes deste reflexión foi definir a arqueoloxía como a disciplina que analizar a complexa relación que establecen as sociedades humanas cos obxectos. Desde este punto de vista, a arqueoloxía non quedaría reducida aos períodos máis afastados do presente, mais a calquera periodo incluído o presente mesmo.

A partir desta mudanza, xurdiron moitos estudos arqueolóxicos enfocados a analizar as materialidades máis actuais, o que se chamou a arqueoloxía do pasado contemporáneo. Estudos que procuraban coñecer mellor procesos como a imposición da modernidade ou os conflitos contemporáneos desde o punto de vista da arqueoloxía. Un espectacular exemplo deste tipo de estudos é o «Garbage project», iniciado en 1973 na cidade de Tucson (EEUU) polo arqueólogo William Rathje e cuxo obxectivo foi estudar os patróns do consumismo nas cidades modernas a través do estudo do lixo dun vertedoiro. Un incrible proxecto do que falaremos noutro post.

Neste caso falaremos doutro estudo saído desta tendencia da arqueoloxía do pasado contemporáneo. Trátase do libro «The Archaeology of Hollywood» publicado polo profesor Paul G. Bahn en 2014, e que resume a súa análise da cidade central do cine mundial desde un punto de vista arqueolóxico. O arqueólogo británico parte da hipótese de que existe unha auténtica «cultura de Hollywood» cunha materialidade moi específica que pode ser analizada. Máis aínda, desde a arqueoloxía pode demostrarse que, mesmo que a cultura castrexa, a cultura de auxe -a ideade de ouro de Hollywood- que foi voluntariamente obliterada polas «culturas» posteriores.

Construído sobre restos prehistóricos, Hollywood naceu dunha granxa familiar que despois foi comprada para instalar a meca do cine. En 1903 Hollywood converteuse oficialmente na «Cidade de Hollywood». Isto ocorreu nun momento no que a industria do cine nos Estados Unidos de América se encontraba en plena expansión, desde que foi patentado polos irmáns Louis e Auguste Lumière un 28 de Decembro de 1895. Pronto a cidade de Hollywood foi elixida polos grandes industriais do momento como centro de operacións para a «fábrica dos soños». A devastación da Primeira Guerra Mundial provocou que o centro da produción de cine mundial fose para América.

A enorme expansión que tivo a cidade nos anos 20 e 30 xerou unha materialidade moi particular que incluía os grandes estudos de produción, teatros con forma de pirámide exipcia ou os primeiros decorados monumentais, como aquel que simulaba a cidade de Babilonia na película «Intolerancia» de David W. Griffith. Decorados, estudios e teatros que, causado pola desidia posterior, son moitos actualmente aparcadoiros para coches. Outra materialidade moi interesante son as casas dos grandes artistas, como a de Charles Chaplin, que tamén foi o seu estudio de produción principal. Tamén os hoteis xogaron un papel moi relevante na configuración da cultura de Hollywood, sobre todo polas escabrosas historias e festas que tiñan lugar nestes edificios. E como as estrelas tamén morren, os cemiterios de Hollywood, como xacementos contemporáneos, atraen decenas de miles de visitantes na procura de tumbas como a de Rodolfo Valentino ou a de Marilyn Monroe.

O libro de Paul Bahn é un traballo sinxelo pero moi potente que mostra que a arqueoloxía é moi capaz de analizar incluso as sociedades máis recentes, aquelas que quizais, din moito máis sobre nós mesmos.

Tácito, a etnoloxía antiga e os suevos no século I d.n.e.

Un dos debates máis importantes que se desenvolveu nas últimas décadas no campo da historia e a arqueoloxía da Alta Idade Media é a cuestión das etnias. En resumo, este debate artéllase en torno á importancia e o papel que xogou a identidade étnica na constitución dos reinos pos-romanos. Aínda que hai moitas posicións ao redor deste debate, dúas son as que polarizaron as distintas achegas. A primeira di que a etnicidade é fundamental para comprender o desenvolvemento das sociedades desde a crise do século III no Imperio Romano en adiante. Deste xeito, as persoas e os grupos sociais estarían moi determinados pola etnia á que pertencería. A segunda posición defendería que a etnicidade é unha construción social e que se utilizaría en cada contexto histórico de xeito distinto. Unha posición intermedia, defendida por autores como Reinhard Wenskus ou Walter Pohl, diria que as etnias teñen un proceso de xurdimento, ou etnoxénese, que constitúe un nivel de identidade social e política fundamental no período de emerxencia dos reinos pos-romanos.

No caso da historia do noroeste peninsular, a emerxencia e consolidación do reino suevo está en estreita ligazón con estes debates sobre as etnias. Segundo Hidacio, suevos, vándalos e alanos entrarían na península ibérica no ano 409 e, tras unha posterior guerra contra os visigodos, aliados de Roma, só os primeiros sobrevivirían en solo hispano ata a súa conquista definitiva no ano 585. Neste ano, os suevos integraríanse na sociedade hispano-romana.

Mais, quen eran estes «suevos»? Quen eran estas persoas que entraron en Hispania no ano 409? Tradicionalmente, a historia ligou estes suevos do século V d.n.e. coas etnias do centro de Europa das que falaban os antigos etnógrafos romanos. Para analizar este complexo tema é preciso entender de que falaban estes etnógrafos e en que contexto o facían. Neste e nos seguintos posts faremos unha análise sobre a imaxe que dos suevos e das etnias antigas tiñan distintos autores de xeito que poidamos entender os acontecementos que tiveron lugar no século V d.n.e.

Tácito

Un dos autores máis influentes na construción da idea que temos dos suevos é Tácito e o seu libro «Germania». Tácito é un autor romano nacido no ano 56 d.n.e. probablemente na Galia Narbonense (Francia do surleste). A súa vida como escritor e como político (xa que foi cónsul) estivo moi determinada polo réxime despótico de Domiciano (81-96 d.n.e.) e a posteriori adopación de Traxano como emperador. A súa obra, e especialmente «Germania» pode entenderse como un posicionamiento pragmático fronte aos réximes autoritarios e á defensa dunha política romana expansiva. «Germania» foi publicada no ano 98, un ano despois da adopción de Traxano por Nerva e nun momento de guerra e expansión contra os bárbaros. Deste xeito, a obra é tanto un tratado de etnoloxía para coñecer mellor aos inimigos de Roma como unha defensa da política de Traxano. En tanto que tratado de etnoloxía, e segundo Greg Woolf, autor de Tale of the Barbarians, a «Germania» tiña moito que ver coas propias ansiedades da identidade romana do momento. Tratábase entón de un espello da civilización romana (a mirror of civilization) máis que un estudo en profundidade sobre as tribus xermánicas, que, de feito, coñecía fundamentalmente a través de fontes secundarias e entrevistas con soldados romanos.

Como toda obra de etnoloxía, basease nunha simplificación, feita para os lectores romanos, de pobos de configuración moi complexa e sobre os que Tácito tiña sobre todo datos indirectos fundamentalmente de Plinio o Vello ou Heródoto. Deste xeito, é importante ter en conta que no todo o dito por Tácito corresponde con toda a realidade. Porén, e ao mesmo tempo, todo o que di é un reflexo, aínda que sexa parcial, desta realidade.

Tácito menciona en varias ocasións aos «suevos», sobre todo no seu capítulo 38. Deles menciona que «non constitúen unha única nación» e que «están divididos en pobos cos seus propios nomes, aínda que reciben a nomeación xenérica de suevos». Entre estes suevos distingue varios tipos, como os semnones, os hermunduros, os naristos, os marcomanos e os cuados, entre outros. Xeográficamente os sitúa na parte leste e norte de Xermania, aínda que, como todo pobo desde o punto de vista romano, eran moi móbiles. Así, o que podemos interpretar é que o termo «suevo» designaba a moitos pobos e tribus distintas baixo unha caracterización xeográfica, a Suabia. En calquera caso, un termo moito máis xenérico e vago con respecto a outros autores posteriores, que designarían de xeito máis concreto a pobos e personas que xa non serían as xentes a conquistar, senón os conquistadores.

A represión en Chile e as capas de memorias: arqueoloxía da ditadura en Chile

O traballo que fai referencia esta entrada forma parte do volume «Arqueoloxía da ditadura en Latinoamérica e Europa», que podedes conseguir aquí.

A ditadura militar en Chile é, posiblemente, un dos réximes políticos que máis impacto tivo na memoria colectiva mundial. As mans cortadas do cantautor Víctor Jara son un símbolo ausente da liberdade perdida do mesmo xeito que as lentes de Salvador Allende poden considerarse a materialización da represión e da violencia. Un réxime que, apoiado polas potencias europeas e os Estados Unidos de América, tras o golpe de Estado en setembro de 1973 causou a desaparición, segundo datos oficiais, de 1210 persoas, como relata a película «Missing» do director grego Costa Gavras. Un réxime que aínda hoxe representa un punto de forte debate político e de activación das memorias en Chile. O Museo da Memoria e dos Dereitos HUmanos en Santiago de Chile é, a día de hoxe, un dos museos máis visitados do país polos chilenos e chilenas. Sigue leyendo «A represión en Chile e as capas de memorias: arqueoloxía da ditadura en Chile»

«Continente salvaje» de Keith Lowe. A violencia após a fin da Segunda Guerra Mundial

O século XX caracterizouse pola demostración dunha violencia nunca antes coñecida pola humanidade. Só as dúas guerras mundiais provocaron de xeito directo, máis de 100 millones de mortos, máis de dúas veces a poboación actual do reino de España. Ademais, habería que sumar todos os conflitos máis pequenos, a represión dos réximes ditatoriais ou as mortes e violencia provocada polos desprazamentos de persoas. Como dixo o cantautor Javier Krahe: «acuérdese el XXI / de lo que sido del XX, / qué fracaso, / muerto a los noventinueve / que ni llegó a ser un siglo / por payaso». Sigue leyendo ««Continente salvaje» de Keith Lowe. A violencia após a fin da Segunda Guerra Mundial»

O contexto político e social das ditaduras en América Latina: guerra fría, CIA e a operación Cóndor

O concepto de ditaduras cívico-militares en América Latina abarca realidades políticas e sociais bastante diversas, que fai referencia aos réximes políticos dalgúns dos países do Cono Sur desenvolvidos entre as décadas dos anos 60 e 80. Así, normalmente, úsase este concepto para designar o que aconteceu neste período nos países da Arxentina, o Brasil, Bolivia, Chile, Paraguai e Uruguai. Sociedades, economías e políticas moi distintas pero que tiveron como nexo común a imposición de réximes ditatoriais de base militar ao longo destes anos. Esta semellanza fai que diversos investigadores e investigadoras tentaran analizar as raíces comúns deste fenómeno histórico. De feito, os estudos arqueolóxicos están a achegar moita información neste sentido, xa que, en termos materiais, estes países mostran características moi similares. Este é o eixo do traballo da compañeira Caroline Murta Lemos publicado no volumen colectivo «Arqueología de la dictadura en Latinoamérica y Europa«, para quen estes réximes comparten o nexo de utilizar o terrorismo de Estado como arma política. Máis aínda, a explicación para as súas semellanzas ten que ver, segundo a autora, co contexto político é o desenvolvemento de conexións políticas entre estes países. Sigue leyendo «O contexto político e social das ditaduras en América Latina: guerra fría, CIA e a operación Cóndor»

Os circuitos represivos en Rosario (Santa Fe, Arxentina) durante a ditadura arxentina

Escola de Mecánica da Armada (Bos Aires)

A ditadura arxentina, xunto coa chilena, poden ser considerados os réximes ditatoriais máis representativos de América Latina. En realidade, Arxentina vivu diversos réximes autoritarios ao longo do século XX. Porén, foi o chamado Proceso de Reorganización Nacional o que máis impacto tivo no país e o que máis violencia implicou. Esta ditadura impúxose tras un golpe de Estado contra o goberno peronista de María Estela Martínez de Perón en marzo de 1976, e executado polas Forzas Armadas. Estas colocaron no goberno unha Xunta Militar integrada por tres comandantes das Forzas Armadas, goberno que posteriormente foi monopolizado polo xeneral Jorge Rafael Videla. Videla acapararía o poder ata 1981. Neses anos, Arxentina enfrontouse ao Reino Unido na Guerra das Malvinas, o que provocou unha fortísima crise ao réxime e logrou artellar unha oposición política o suficientemente sólida como para forzar que o poder pasase a un goberno elixido democraticamente en Decembro de 1983 encabezado por Raúl Alfonsín. Sigue leyendo «Os circuitos represivos en Rosario (Santa Fe, Arxentina) durante a ditadura arxentina»

O Departamento de Ordem Política e Social (DOPS) en Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil) e a ditadura brasileira

(O traballo ao que fai referencia está dentro do volumen «Arqueología de la dictadura en Latinoamérica y Europa», que podas atopar aquí)

Se hai un país no mundo que está a vivir tempos estraños, ese é o Brasil. Ao principio do ano 2019, acabado de estrear xaneiro, chegaba á presidencia un militar retirado de nome Jair Bolsonaro que ninguén tiña por gañador ou presidente, pero que mediante unha campaña moi agresiva, chea de fake news e mensaxes de odio, arrebatou o goberno do país aos candidatos oficiais. Desde entón, a súa política combinou unha perigosa mestura entre neoliberalismo salvaxe no económico, forte intervención política e militar, e a nostalxia pola memoria da ditadura brasileira pasada. Se hai un sitio onde a ameaza dunha volta das ditaduras militares é máis real, este sitio é o Brasil. Sigue leyendo «O Departamento de Ordem Política e Social (DOPS) en Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil) e a ditadura brasileira»

A arqueoloxía da ditadura en Europa e en América Latina (I). Proposta e marco teórico

Tras a caída do muro de Berlín, a desintegración da Unión Soviética e a guerra dos Balcáns pensábase que a ditadura sería reducida a un concepto teórico dos libros de Ciencia Política. Non era para menos. En Europa os últimos réximes ditatoriais remataron nos anos 70 co Reino de España e Portugal. Só unha década e media máis tarde, os réximes de Pinochet e de Stroessner pechaban a porta as clásicas ditaduras do Cone Sur americano. Porén, os últimos anos viron como o avance da extrema dereita en Europa e do autoritarismo militarista en América Latina ameaza con actualizar o supostamente morto concepto de ditadura. É por isto que as distintas Ciencias Sociais se enfocaron na análise deste fenómeno tanto nas sociedades do pasado como no presente. Desde o noso punto de vista, a arqueoloxía tamén pode achegar un importante coñecemento ao estudo das ditaduras. Sigue leyendo «A arqueoloxía da ditadura en Europa e en América Latina (I). Proposta e marco teórico»